Un poema de Safrika


El niño iba desnudo, no me propongo llamar la atención ni
explicitar lo conmovida que me sentí y lo extremadamente
sensible y buena persona que soy, rechazaré sus palmaditas en la espalda,
tampoco hago
poesía social o de campaña pero
el caso es que el niño iba desnudo, era pequeño tendría unos
dos años y medio o tres,
me tiraba con las manos de la falda y
me pedía dinero o comida en fin,
me giré para mirarle uno siempre
tiene una sonrisa para un niño, o casi siempre.
Tenía los ojos llenos de legañas,
los pies minúsculos y delgados
y yo

me fui corriendo - no podía más
me fui corriendo, no recuerdo haberle
echado unas monedas ni nada parecido, solo recuerdo que

me fuí
corriendo,

que lloré un poco, que después me duché y salí a cenar
a la terraza del hotel, un hotel asqueroso y hablamos de ello
de los niños sobre todo y del olor
del calor abrazándonos como una manta negra.

- es como acercarse a una hoguera -
- es como cuando hace poniente en valencia, pero sin aire-
- es enfermizo- esto hacia el final del viaje

Estábamos aparentemente contentos, compramos
hachís un hachís muy oscuro y divertido,

vimos películas en inglés
hicimos el amor,
hablamos de volver a casa,

yo pensaba en volver
a casa,

en que me sentiría bien al volver a casa,

pero estoy aquí y aunque he cambiado

los muebles de lugar y
tengo todavía quince días de vacaciones para leer,
escribir,
pasear e incluso ir a la playa en bicicleta,

no me siento bien, algo va mal. Realmente
algo
va mal,

y aunque no sabría decir qué es pienso constantemente en
el niño desnudo y pequeño, como una miniaturita viva
agitándose, tintineando con un ruido

como de clavos en una bolsa,

yo voy corriendo

y la bolsa
es mi cabeza.

SAFRIKA

(De su blog El traje reparado de la chica astronauta)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Bolsera???