DOCTOR 1: Es sangre, sí.
DOCTOR 2: Sí, es sangre.
DOCTOR 1: Con sus leucocitos, plasma, plaquetas, hematíes, etc.
DOCTOR 2: Pero también contiene ron, nicotina y -¡0h, cielos!- poesía.
DOCTOR 1: Bien está el alcohol y los humos, pero... ¿poesía?
DOCTOR 3: ¿A quién podríamos hacerle una transfusión con "esto"?
DOCTOR 1: ¿A un funcionario? ¿A un cobrador de impuestos? ¿A un político?
(Risas)
DOCTOR 2: ¿A un cobrador de impuestos? ¿A un político? ¿A un funcionario?
DOCTOR 2: ¿A un cobrador de impuestos? ¿A un político? ¿A un funcionario?
(Sasir)
ESPONTÁNEO: ¡A un niño! ¡Dénsela a un niño! ¡Él sabrá qué hacer con ella!
En el Banco de Sangre han resuelto el dilema de la siguiente manera: El Doctor 1 ha escrito la palbra "Confusión" en una etiqueta. El Doctor 2 la ha pegado, muy concentrado, en el frasco. El Doctor 3 ha mandado enviar el recipiente a la segunda planta, Alumbramientos. El Espontáneo ya no lo es.
Extraído de: A PROPÓSITO DE LOS CUERPOS de Elena Román(Littera Libros, colección litteratos) 2008
Foto by Arth0s
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