MICROHISTORIAS. Por Roxana Popelka

Toma 1ª

A las cuatro en punto de un martes 10 de Octubre…

Acaba de llegar a la ciudad y está buscando un colegio mayor cerca de la Facultad. Mientras tanto Jessica vive en casa de su tía que no tiene ordenador. A las cuatro en punto de la tarde llegan sus amigas desde Ventas, y su tía, acostumbrada a los chismes del barrio, espía desde la ventana del salón la conversación que mantienen las de Ventas sentadas en la parte de atrás del patio. Sus novios están en un local, al este de la ciudad. Ensayan unas cuantas versiones de un famoso grupo de rap, quieren traducirlas al castellano, así que llaman a Daniel que es casi bilingüe, aunque se hace un lío con la g, y quedan con el tal Dani esa misma tarde antes de que se vaya con su madre al Carrefour. Jessica tiene el novio más guapo de la pandilla que la saca a pasear en una moto de 15CV y 234c.c. Su tía no sabe nada del asunto, cree que va en metro como las demás. No sabe que recorre todo Madrid y juegan a carreras por Alcalá cuando no hay policías patrullando la ciudad. A veces, como hoy, Jessi agarra a su novio fuertemente de la cintura e imagina que es un actor famoso; Johnny Depp o Matt Damon, y que están de vacaciones por la costa en plena ola de calor. Llevan un bolso enorme comprado en las tiendas de la rambla, y extienden la toalla familiar al llegar a la playa. Mario, que así se llama en realidad, alquila en esa caseta pintada de colores una tabla de surf, y Jessica, que le da miedo el oleaje, se queda tendida en la arena soñando con películas y pruebas, con escenas subidas de tono donde es la protagonista indiscutible. Aparece en bikini salpicando a los demás, jugueteando con el agua en plan Anita Ekberg. No lo puede remediar y se le escapa un suspiro imposible de interpretar.

Continuará…

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