Un poema de Ana Patricia Moya


Símbolo de mi impotencia contra el mundo

Raparse casi al cero
es un placer indescriptible.

Mientras las tijeras y la maquinilla
cubren de pelos las baldosas del baño,
yo me resigno a mi realidad.

Es lo único de mí
que puedo cortar
con mis propias manos.
(Gracias Ana!)

3 comentarios:

Unknown dijo...

:)

PERIQUILLA LOS PALOTES

Sonia San Román dijo...

;)

Angel dijo...

Si es que ana patri es un torrente.

voltios, angel